No fue fácil, pero la personalidad, el conocimiento y la familia le dieron las fuerzas necesarias para demostrar lo que sabía y consolidarse en el puesto que ocupa. Es la historia de Juan Diego Álvarez Herrera, exservidor Metro y actual Jefe de Operaciones y Mantenimiento del Teleférico del Parque Metropolitano de Santiago de Chile.
La suya es una historia de crecimiento y superación. Llegó a nuestra Empresa como auxiliar de Policía en 1999 y un año después se fue a estudiar. Volvió en 2006 como conductor de trenes y un año después se vinculó como Operador de Estación. Fue transferido a Cables Aéreos y luego al Puesto Central de Control (PCC), donde se desempeñó como Operador de Tráfico hasta 2017, cuando partió a Chile.
Fue en Cables Aéreos donde Juan Diego adquirió la experiencia que lo llevó al sur del continente. Es que además de graduarse como ingeniero electromecánico, carrera que cursó alternando clases y turnos, aquí recibió una sólida formación en mantenimiento y operación que puso en práctica en los metrocables. “También me capacité en mantenimiento predictivo y centrado en confiabilidad”.
Cambio de vida
En Medellín lo tenía todo: una carrera prometedora, un empleo en una empresa sólida, un hijo en edad escolar y una esposa profesional. Fue justo su familia la que primero apoyó la idea de migrar. Cuando recibió la llamada, estaba con su hijo Samuel y su esposa Paula, quien trabajaba en Comfama. Su motivación lo impulsó a dar el primer paso.
A Santiago viajó el 22 de agosto de 2017 y allí afrontó tediosos y costosos trámites migratorios. A eso se sumaron dificultades para adaptarse al nuevo trabajo porque le “midieron el aceite”. Encontró cierta desconfianza y hostilidad de pares que cuestionaban las razones por las que había sido llevado desde Colombia para el cargo.
Y aunque a Juan Diego eso lo marcó, su personalidad, conocimiento y apoyo familiar le dieron las fuerzas necesarias para alzar la cabeza, implementar mejoras inmediatas y demostrar que llegar allí había sido un tema de experiencia y méritos, no un golpe de suerte.
Hoy viven tranquilos. Él lleva siete años en un cargo que lo apasiona y lo reta cada día, y creó una compañía que brinda servicios a otros teleféricos y al Metro de Santiago; Paula homologó su carrera de Psicología y termina una maestría en la Universidad de Chile; Samuel concluyó el bachillerato y mientras inicia la universidad trabaja en el teleférico. Y como cereza del postre hace cinco años nació Julieta, su segunda hija.
"Todo esto ha sido posible por mi familia y por la sólida formación técnica, operativa y los valores que me dio el Metro", concluyó Juan Diego.