El 29 de febrero de 1996 se inauguró la línea B del Metro, que atraviesa parte del occidente de la ciudad.
Comenzó a operar tres meses después de la inauguración de la línea A que recorre el Valle de Aburrá de norte a sur.
Actualmente, esta línea moviliza cerca de 90.000 pasajeros al día y es atendida por cinco unidades de tren de primera generación.
Desde el inicio de la operación comercial, esta línea ha transportado 392’326.388 millones de personas.
El 29 de febrero de 1996, se marcó un nuevo hito para la movilidad en el Valle de Aburrá con la entrada en operación de la línea B del Metro, que desde entonces ha movilizado aproximadamente 392’326.288 usuarios, lo que la convierte en la segunda línea con mayor capacidad del Sistema (después de la línea A), entre todos los modos de transporte operados por el Metro.
Para ese entonces, la línea A ya llevaba tres meses de operación. Montar en metro era el plan obligado de los habitantes de Medellín y de los municipios cercanos. La ciudad había recibido a su metro con los brazos abiertos. Este nuevo medio de transporte masivo se constituía en un paso adelante en la movilidad sostenible para el Valle de Aburrá.
Pero a este nuevo modo de transporte aún le hacía falta la línea B. Ésta realizó su recorrido inaugural entre San Antonio y San Javier el 29 de febrero de 1996, a las 5:00 a. m. a esa hora, se anunció por los altavoces del Sistema que la línea B iniciaba su operación comercial.
Hasta ese momento, los trenes de la línea A no realizaban parada en la estación San Antonio, que sirve de transferencia entre ambas líneas, ya que se estaban finalizando algunas adecuaciones de paisajismo y vialidad dentro y fuera de la estación. Finalmente, la hora cero llegó el 29 de febrero, a la misma hora de inicio de la operación comercial que para ese entonces tenía el Sistema.
Actualmente, la Línea B moviliza cerca de 90.000 pasajeros en un día típico laboral. Su área de influencia abarca sectores tan tradicionales de Medellín como Guayaquil, Barrio Triste, Suramericana, Estadio, Carlos E. Restrepo, Laureles, La Floresta y San Javier, entre otros.
Precisamente sus estaciones reciben sus nombres debido a su ubicación geográfica. Son en su orden: San Antonio; Cisneros, con transferencia a la línea 1 de buses; Suramericana; Estadio; La Floresta; Santa Lucía, y San Javier, estación que permite la transferencia a la línea J de metrocable. Sus plataformas tienen una extensión de 72 metros, la mitad de longitud de las plataformas de línea A, es por esto que los trenes que prestan servicio en estas estaciones son de tres coches.
Desde el inicio de su operación la línea B ha movilizado 392’326.288 millones de viajeros. El año pasado movilizó 29’511.250 personas.
DIRECCIÓN DE COMUNICACIONES