- El nuevo sistema comenzará a operar a finales de este año y tendrá tecnología 4.0 que permitirá optimizar procesos y mejorar las rutinas de mantenimiento.
- Gracias a la nueva señalización se superará la obsolescencia tecnológica y se atenderá adecuadamente la demanda actual y futura de la línea A del Metro.
- Además, el sistema cumplirá con los más altos estándares actuales y normas de seguridad a nivel mundial.
- Esta nueva tecnología habilitará al sistema para operar bajo la modalidad de intervalos, lo que permitirá mayor flexibilidad para la planificación de los horarios de operación.
La circulación de los trenes por las vías férreas es posible gracias al sistema de señalización, el cual está conformado por equipos instalados en la vía, en las estaciones y en los trenes, los cuales intercambian información y permiten que todo funcione de manera coordinada y segura para la operación.
La tecnología de señalización con que trabaja actualmente el Metro fue implementada para el inicio de la operación en 1995. Desde entonces, se han presentado grandes avances en este campo, de ahí la necesidad de contratar la implementación de un sistema nuevo que recoja los últimos desarrollos en la materia.
Es por esto por lo que la Empresa avanza en esta implementación en la línea A que le permitirá dar solución a la obsolescencia tecnología de los equipos y atender adecuadamente la demanda actual y futura. El nuevo sistema entrará en funcionamiento al finalizar el presente año.
Aunque la señalización que posee el Metro actualmente es totalmente segura para la operación, el nuevo sistema contará con SIL 4 (Nivel de Integridad de Seguridad), el estándar más alto que se puede tener en los sistemas ferroviarios. El nivel SIL se define como la probabilidad de fallo de un sistema y corresponde a normas internacionales. En el caso del SIL 4, es el nivel de seguridad más alto que se puede aplicar a un sistema, el cual indica una muy baja probabilidad de que falle.
Una de las principales características de esta implementación es que se adelanta sin interrumpir a la operación de la actual señalización, lo que se conoce como proyecto brownfield. Esto se constituye en un reto de alta complejidad técnica para la Empresa y los contratistas que lo ejecutan. El proceso es complejo porque se trabaja en el día con el sistema actual y se prueba el sistema nuevo en la noche hasta que se pueda realizar el cambio sin afectar el servicio.
Además, el nuevo sistema contará con tecnologías 4.0 que permiten mejorar los procesos de planificación y las rutinas de mantenimiento, así como la interfaz con otros sistemas que, en un futuro, podrán por medio de Inteligencia Artificial predecir comportamientos de nuestros usuarios y ajustar la oferta, optimizando costos en trenes y energía.
También es importante destacar que la señalización tendrá un sistema de gestión de tráfico que permitirá tener una planificación de los trenes mucho más flexible, además será posible operar bajo la modalidad de intervalos, adicional al sistema de horarios, con el que se trabaja actualmente. Con esto se garantiza que los trenes pasen por las estaciones según un intervalo previamente establecido.
De esta manera, el sistema quedará habilitado para operar con un intervalo hasta de 2’30’’, esto siempre y cuando se cumpla con algunas condiciones como el aumento en la flota de trenes y el buen comportamiento de los usuarios frente al uso adecuado de los botones y palancas de emergencia, ya que el mal uso de estos dispositivos puede retrasar la operación. De ahí la importancia de la corresponsabilidad de los usuarios, parte fundamental de la Cultura Metro.
La ejecución del proyecto comenzó en 2018 y avanza en su recta final. En este momento, se trabaja en la instalación y prueba de los equipos que fueron importados de España y en las pruebas del software diseñado para nuestro sistema.
Con la nueva señalización, se superará la obsolescencia tecnológica actual y se garantizará la capacidad y confiabilidad del servicio de transporte masivo hasta el 2040, lo que permite atender adecuadamente la demanda futura de usuarios.
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