Nuestro METRO - N° 189
Ya son más de dos mil las personas beneficiadas con la Recarga Verde, que cumple un mes de prueba piloto en la estación Universidad. El proyecto, impulsado por el Metro, busca fomentar el reciclaje y el cuidado del medio ambiente mediante el uso de una máquina que permite la recarga de la tarjeta Cívica a cambio de envases de PET, vidrio o latas de aluminio.
Sesenta y nueve personas se acercan cada día, desde el pasado 28 de agosto, a la máquina de Recarga Verde y depositan en ella en promedio de 25 a 30 botellas, en una interacción que les permite convertirlas en recargas para sus tarjetas cívicas.
Uno de ellos es Anderson Londoño, un estudiante, de 23 años, que cursa el octavo semestre de Historia, quien se acercó a la máquina con una bolsa repleta de envases que recogió durante su jornada en el claustro universitario.
Anderson dice sentirse seducido por la posibilidad de aportar al cuidado del medio ambiente. “En la parte económica me ha favorecido totalmente, el porcentaje de pasajes pagados me ha beneficiado, pero el principal aporte de lo que hago es ambiental”, afirma convencido después de realizar la tercer recarga en la máquina, pues solo se permite máximo 10 botellas por transacción.
“La máquina en sí es muy buena porque permite que aquellas botellas que uno tenía en casa y botaba con el resto de la basura, aquí se pueden reciclar. Le hace bien al medio ambiente y le hace bien a uno que le permite recargar su Cívica. Uno se complica a veces por 50 pesos para un pasaje, entonces la máquina me sirve para eso”, dice por su parte Bibiana Franco, de 28 años, también estudiante universitaria de licenciatura en Educación Especial y habitante del municipio de Itagüí.
Conoció de la máquina de la Recarga Verde en su camino habitual a la estación y a través de las redes sociales. Ahora hace su recarga dos o tres veces por semana. En esta oportunidad la acompaña Andrea Cano Ortiz, su amiga y compañera de Universidad, de 22 años, quien llega por primera vez a recargar su Cívica, pero recoge sus botellas desde que se dio a conocer el proyecto.
Andrea dice que ya tiene en su casa una gran bolsa llena de envases, producto de la petición que hizo a todos los miembros de su familia de no botarlos a la basura. El mensaje fue tan bien recibido que la madre de Andrea se lo compartió a una vecina y ella también se los está recogiendo.
Andrea también promovió la idea entre sus compañeros de trabajo y ahora su locker también se encuentra lleno con las botellas que guardan para ella. “Eso es muy chévere porque aparte de que hacen conciencia, ya no juntan todo con la basura sino que, así sean los envases para Andrea, saben que es un reciclaje, que no se está juntando con los otros residuos sino que le está aportando al medio ambiente”.
Buen balance de Ciclo
Como Andrés, Bibiana y Andrea, ya son más de dos mil las personas que han interactuado con la Máquina de Recarga Verde. Tienen en edad un promedio de entre 30 y 32 años y ya han convertido más de 60 mil botellas en recargas para sus tarjetas Cívicas, lo que confirma la gran aceptación de los usuarios del Sistema por este proyecto.
Para Luis Felipe Restrepo, vocero y encargado de liderar las operaciones de Ciclo, la empresa de jóvenes emprendedores que construyó la máquina expendedora inversa, que recarga la tarjeta Cívica a cambio de los envases, el balance del primer mes de prueba de la máquina supera las expectativas.
“Estamos felices por la gran receptividad y aceptación por parte de los usuarios. En el primer mes esperábamos llegar a un millón 500 mil pesos en recargas, y al 25 de septiembre ya superábamos esa meta por más de 1 millón de pesos” lo que significa que por día, por concepto de Recarga Verde, 55 personas pagan uno de sus pasajes para movilizarse en el sistema.
El 90 por ciento de los más de sesenta mil envases recolectados hasta el momento es de material PET, el 6,5% es material de vidrio y el 3.5 % restante de aluminio.
Todo este material representa poco más de dos toneladas que ya fueron comercializadas por Ciclo, que utiliza esos recursos para reconocer al Metro los 50 pesos que reciben los usuarios por cada botella y sostener el funcionamiento de la máquina durante la prueba piloto que se extenderá hasta finales del mes de diciembre.
Además de filas largas en algunos momentos, los inconvenientes que se han tenido que afrontar en esta prueba tienen que ver con las condiciones de limpieza en que los envases llegan a la máquina, lo que ha generado la necesidad de cambiar algunos motores y sensores que se han dañado por la caída de algunos líquidos. Pero a la vez, la experiencia también les ha permitido mejorar la máquina en la velocidad de la respuesta y en la disminución del porcentaje de rechazos de algunos envases hasta en un 80 por ciento.
Los jóvenes de Ciclo se sienten muy contentos por todo lo que está pasando alrededor de la máquina, celebran los resultados positivos del primer mes de prueba, continuarán realizando pedagogía con los usuarios sobre su uso todos los días, en jornadas que van de las 5:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, y esperan que se multipliquen por miles el número de usuarios del metro que acepten la propuesta de convertirse en protagonistas del cuidado del medio ambiente, mientras recargan su tarjeta Cívica.
DIRECCIÓN DE COMUNICACIONES