Garzón es oriunda de Zipaquirá, Cundinamarca, y su vida ha estado ligada a la nuestra desde hace siete años, primero como estudiante y ahora como servidora Metro.
Es usuaria frecuente de la línea B, que aborda cada día para llegar a su trabajo o a cualquier otro punto de la ciudad.
En Medellín estudió su carrera, empezó a ejercerla y luego se fue a otra ciudad durante algún tiempo. Hace más de tres años volvió para trabajar en el Metro y actualmente se desempeña como Analista de Riesgo Público y Convivencia Ciudadana.
“Ha sido la mejor experiencia para mí; es trabajar en una de las mejores Empresas del país. La valoro, la quiero y la aprecio desde el primer momento, cuando llegué aquí como estudiante-usuaria del Metro y ahora como funcionaria-usuaria del Metro”, contó nuestra compañera.
Según Angie, en Zipaquirá, “desde donde nuestra proyección educativa y laboral está en Bogotá, se deben abordar varios buses, hacer trasbordos y por eso el transporte cuesta 17 o 18 mil pesos diarios”. En Medellín es menos y los trayectos que recorre no superan los 30 minutos.
Lo anterior se ha traducido en calidad de vida para Angie, algo que nos complace, motiva y reafirma el propósito que tenemos de integrar territorios y transformar vidas.
#TuHistoriaNosMueve 💚