Nuestro METRO - N° 187
"Lo mejor de vivir aquí es que juntos aprendimos a convivir y en hermandad fuimos amasando y haciendo la comuna. Aquí nos pusieron la harina, el agua, y los condimentos y nosotros amasamos, le dimos el toque y el gusto. Eso es lo rico de vivir aquí, que todos lo soñamos y hemos sido gestores de nuestro territorio", dice Henry Ortiz Zapata, fundador y director de la Casa de la Cultura del Doce de Octubre.
Él es un enamorado de su barrio y su comuna. "Recuerdo que un paseo obligado cuando no subíamos al Picacho, era ir a los edificios del Doce, llevábamos almuerzo y nos sentábamos ahí a mirar la ciudad", comenta.
Es que según él, hace 45 años de los edificios para arriba no había nada, solo eran mangas. Y los edificios del Doce de Octubre era lo más alto de la comuna. Por eso, este lugar es uno de los más representativos de la comuna 6 al igual que la Biblioteca Gabriel García Márquez, el Cerro El Picacho, el Bulevar de los Abuelos en el barrio Santander, la estatua de René Higuita, el espacio público de la parroquia de la Balvanera del barrio Pedregal, la tienda Don tranquilo en el barrio Miramar y la cancha de la Maracaná de La Esperanza.
De la comuna 6 brotan las organizaciones sociales dedicadas a temas ambientales, educativos, derechos humanos y culturales. Se destaca la participación de la gente. "Soñamos el metrocable para nuestra comuna y estamos felices porque será una realidad", dice Henry quien cree que con este proyecto, el Doce de Octubre vivirá una transformación positiva y sus habitantes vivirán mejor.
La cotidianidad de la comuna pasa por el parque de Pedregal. Allí todos los días, señores jubilados se sientan a jugar cartas, dominó o parqués en medio de las gallinas y los gallos que se salen de un solar cercano.
Jorge Rojas, es uno de esos señores. Él ha vivido en Pedregal prácticamente toda su vida y ahora no ve la hora de estrenar el cable. "Usted sabe que uno se puede morir muy fácil pero yo sí tengo la esperanza que me toque verlo y montar unas tres o cuatro veces de aquí al Picacho" dice entre risas.
Esa misma expectativa la tiene Juan Raúl Hurtado, un escobita de la ciudad que no cambia su barrio por ninguno y menos ahora que tendrán metrocable. "A mí me fascina el proyecto y le va a servir mucho a toda la comunidad. Cuando vengan mis primas de Bogotá ya sé a dónde las voy a sacar a pasear", comenta sentado en el parque principal de Pedregal que en un futuro estará adornado por las cabinas de la Línea P que le pasarán por encima.
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